Tengo un ángel en casa....
Libro sobre galgos adoptados

Por Rosa Martínez

  Os presentamos "Tengo un ángel en casa. Historias de galgos adoptados", un libro en el que se recogen muchas historias sobre galgos que en la actualidad viven felizmente en familias, pero cuyas vidas fueron un infierno hasta lograrlo.
Los textos han sido escritos por los adoptantes, cada cual ha contado lo que más le apetecía de su perro.
Hay anécdotas divertidas e historias tristes, pero todas son una valiosa información sobre cómo son realmente los galgos cuando se les da la oportunidad de compartir un hogar.
Con este libro queremos sensibilizar a la gente sobre lo maravillosos que pueden ser estos perros como animales de compañía.
También puede ser una ayuda para nuevos adoptantes, para entender mejor al nuevo miembro de la familia. Y si estás pensando en adoptar un perro, en las historias del libro podrás ver las cualidades que les adornan como animal de compañía, ¡quizás un galgo sea una buena opción para ti!
      El 100% de los beneficios obtenidos con la venta de este libro se destinan a asociaciones que trabajan en el rescate de galgos.

Otros detalles: 88 páginas, color, tapa blanda, aprox. 21x 27,5 cm.

Precio: 25 euros más gastos de envío, según el número de libros, a partir de 5 euros por paquete

¿Como conseguirlo? escribid a:
libro101galgos@yahoo.com
con vuestra dirección y el número de libros que queréis.

Si queréis que los beneficios de vuestra compra se destinen a una determinada asociación, indicad en el título del mail: "pedido, beneficio para XXX" para que sepamos a qué organización debemos destinar las ganancias.

Uno de los testimonios: el de la adoptante de Nieve, antes Linus

Cuando vi por primera vez las fotos de Linus, me quedé como cortada : su mirada era solo dulzura. Estos ojazos en medio de esta carita blanca, bueno, fue como un flechazo. Además leyendo el comentario, que indicaba sus miedos, pensé que nosotros podíamos ofrecerle la calma que todavía no había podido encontrar en una ciudad como la de Barcelona. Iba a estar rodeado de nuestras otras galguitas y todo sería genial.

Pero la cosa no pudo solucionarse con rapidez. Sucedió que la salud de una de mis hembritas empeoró. Mi veterinario no le daba más que algunas semanas de vida. Fue un golpe muy duro para todos nosotros. No podía alegrarme de la llegada de Linus y al mismo tiempo llorar a mi niña. Berta que lo había tenido en acogida los dos primeros meses y que gestionaba su adopción, estuvo a la escucha de mis sentimientos y por fin al ver que mi galguita seguía bien, decidimos concretar una fecha. Desde el principio, la cosa estaba clara : nada de jaula para Linus, nada de avión. Berta, embarazada de unos siete meses y su marido Israel me lo traerían hasta casa o sea hasta Suiza en auto caravana !!! Y así fue. Acompañados de sus dos otros perros, la preciosa afgana Twiggy y el bichin Tulli, hicieron este viaje tan largo.

Después de más de 800km de carretera, aún tenían su maravillosa sonrisa. Esa noche conocieron a nuestras perritas y al día siguiente, para que descansaran un poco, fueron las presentaciones perrunas. Todo andó de maravilla. Puedo decir que fueron unas Navidades excepcionales. Se quedaron dos días, para comprobar que Linus se fuera acostumbrando. Cuando llegó el momento de volver para casa, todos estábamos muy tristes y a la vez contentos de como se habia desarrollado todo. Además de un perrin cariñoso que le gusta que le mimen, habíamos tenido la oportunidad de conocer a dos seres estupendos.

Doy las gracias a Berta e Israel y no se me olvida Berta, su ama cuando vivía en Barcelona, que tuvo el coraje de dejarlo marchar para que siga con nosotros. Nunca os lo agradeceré bastante.

Maite.

Otros testimonios:

“La otra tarde propuse a mis hijos pensar en algo que les apeteciera contar sobre Nuca, algo sobre cómo es su vida con nosotros o la nuestra desde que ella forma parte de nuestra familia. Mi hijo sólo tiene dos años, pero a pesar de ello tiene muy claro lo que quiere decir.
Que es muy buena, que le ayuda a dormir la siesta (que sólo duerme si Nuca está a su lado), y que es muy divertida haciendo de monstruo en sus juegos, cuando él se esconde bajo las almohadas para que lo encuentre, lo destape y mordisquee esos zapatitos que asoman. Mi hija ya es mayor. Con sus cuatro años sabe que hay que contar algo más serio, así que insiste en que diga que ellos tratan a Nuca muy bien. Después de merendar es para ella siempre su última galleta, le dejan sus peluches aun sabiendo que no volverán, ayudan a mamá a sacarla a pasear... En cuanto a mí la verdad es que lo tengo muy fácil, porque poco hay que añadir a tan sabias palabras. Tal vez que Nuca se adaptó a nosotros enseguida. Con los niños ha sido siempre extremadamente dulce, paciente. A veces duerme con ellos, a veces les hace rabiar, a veces juega junto a ellos y a veces se aparta un poco buscando algo de paz, harta de que la disfracen, se tumben sobre ella, la acaricien... Pero tiene tan buen carácter que nunca se enfada, los busca, acaba escogiendo un sitio a su lado en el sofá.”
Merce, Agustín, Laia y Eric (Cervelló).

“Unko es feliz, es la chispa de la vida, es un terremoto, aún un bebote, va corriendo a todas partes, moviendo su rabito lesionado, tiene pelusilla, todavía no es pelito. Es suave, gamberro, inocente, alegre, mirada tierna y limpia de llegar al mundo a descubrir todo, a saber cosas, a querernos mucho. Sólo quiere que le mimen, que le acaricien, que le cojan en brazos, es todo ternura!!! Va con sus patitas de caballito andaluz, las orejas tiesas y el rabito alto, tan contento él, pin, pin, pin, oliendo todo, aire, suelo, gente, papeles, perros, gatos. Llega a casa y cuando nos sentamos en el sofá, viene corriendo por el pasillo y zas! se sube y se tumba a nuestro lado, siempre apoyándose en nosotros, se queda frito y de ahí no le saca ni una traca valenciana. Con Charli nuestro gato es divertidísimo. Le busca como si fuera un perrito y le da el morrete. Charli a veces le bufa un poco, pero creo que le va entendiendo. Unko viene corriendo, se sube a la cama, !que no! y se baja y se tumba en su colchón, todo en medio segundo. Juega con todo y todos, va trotando patizambo, aún no sabe ni andar bien. No se asusta de nada, va a todo el mundo... es un amor de simpatía. Es un amor.
« Eva Gutierrez (Madrid).

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